Sobre nuestro lugar en la naturaleza, la evolución y la diferenciación
jueves, junio 19, 2008
Gracias a la Vida
"Gracias a la vida" (canción compuesta e interpretada por Violeta Parra) es un magnífico ejemplo de creación de arte consciente: contenido original (creación), música (arte) e introspección sobre los sentimientos, pensamientos y la voluntad personales (consciencia). Estos tres campos de la actividad humana (creación, arte y consciencia) no se encuentran en el mundo natural. Vernadsky ha llamado Noosfera al campo donde se sitúa este tipo de actividades, y Biosfera al campo donde se encuentran las actividades biológicas. Los naturalistas suelen llamar "mundo inanimado" al campo donde hay actividad física y química pero no biótica (las capas profundas de la tierra, o las capas altas de la atmósfera, o el espacio astronómico), y se dedican afanosamente a buscar en él señales de actividad biótica (p.ej., la astrobiología) y de actividad noótica (expresiones de inteligencia, p. ej. el proyecto SETI). Los seres vivos no-humanos no producen creaciones originales (ellos mismos lo son), no producen arte (son magníficos objetos y ejecutores de arte) y no expresan (sino que reaccionan a) sus percepciones. Estas manifestaciones propiamente humanas son las que buscan los paleoantropólogos y los arqueólogos en los yacimientos paleontológicos, para detectar la aparición de la humanidad. Para empezar, hay algunos rasgos anatómicos que preceden a los rasgos noóticos: postura erguida, rostro recto y corto, gran volumen cerebral, locomoción bípeda... Pero se puede tener todo esto y no ser aún humano (por ejemplo, los australopitecos y los parantropos). Los rasgos anatómicos y las señales de actividad mental propiamente humanos (creación, arte, consciencia) aparecen muy recientemente en el registro fósil, de forma irregular, con una pauta llamada evolución en mosaico, y a veces de forma sorprendentemente brusca.
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