Un internauta desde Baja California ha encontrado este blog a través de Google, haciendo la pregunta que utilizo como título de esta entrada.
Aparte de mi interés en Baja California (por motivos puramente naturalistas) y en México en general (por muchos otros tipos de motivos), la pregunta de este internauta me resulta especialmente interesante por lo que representa: un énfasis en las semejanzas más que en las diferencias. En contraste, hace ya tiempo que la tendencia se había invertido, de modo que ahora las semejanzas entre humanos y animales se consideran tantas y tan abrumadoras que la pregunta no tendría sentido: los humanos seríamos animales; por tanto, no nos diferenciaríamos de cualquiera de ellos más que lo que un animal se diferenciaría de otro.
El internauta californiano por el contrario busca saber cuales son esas semejanzas que nos acercan a los animales. Pero si ya sabemos que la composición, metabolismo y estructura de nuestro cuerpo es tan similar a los de otros mamíferos (que consideramos animales) ¿cómo es que alguien necesita aclarar cuales son nuestras semejanzas con ellos? Pues creo que con su pregunta, este internauta representa la visión del mundo de otras muchas personas, que ven a los animales como algo muy distinto a ellos mismos, con los que no comparten una identidad biológica.
En contraste, los científicos naturalistas en general parten de la posición contraria: considerarnos a los humanos como unos animales más, algo especiales pero no más que otros animales especiales: ¿acaso las bacterias, las hormigas o las aves no han cambiado también al planeta desde su aparición? Los sociólogos y los terapeutas que estudian el comportamiento humano no pueden negar las semejanzas con el de los animales: en ellos también se encuentran casos de altruísmo, de infanticidio, de homosexualidad, de aprendizaje cultural, y de tantas otras actividades que algunos creen únicamente humanas.
Los animales más similares a los humanos nos permiten una mayor comunicación con ellos: algunas personas llegan a crear vínculos cognitivos y emocionales muy grandes con sus mascotas, incluso mayores que con otras personas. Pero justamente, establecer una comunicación consciente y buscada requiere que los comunicantes sean diferentes. Si los humanos buscamos comunicarnos es porque nos sentimos distintos y distantes de aquellos a los que queremos llegar. Cuando nos sentimos semejantes, próximos y unidos a algo o a alguien, no necesitamos buscar la comunicacación porque ya estamos en ella.
El punto de vista o enfoque inicial de esta cuestión nos condiciona: los que parten de las diferencias ("los humanos somos diferentes de los animales") las ven por todas partes, mientras que los que parten de las semejanzas ("los humanos somos animales") minimizan las diferencias. Puede ser interesante en este contexto el libro de Craig Mackay "Supergenes", un intento de reunir ambas visiones del mundo. Su idea de "supergenes" no tiene que ver con el ADN ni con la bioquímica, sino con la noosfera: "supergenes" son las ideas o visiones del mundo que se propagan entre los humanos y que cada uno busca extender y propagar a su alrededor a través del convencimiento, la persuasión, la propaganda o la violencia.
Fin de campaña Somosaguas 2024... ¡Gracias por todo!
Hace 2 meses
2 comentarios:
Estos "supergenes" serían lo mismo que R. Dawkins llama "memes" ¿no?
Creo que sí, pero con estos sutiles filósobos hay que andarse con cuidado...
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